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Arquitectos: Andrés Alonso Arquitecto
- Área: 550 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Gonzalo Viramonte, Sebastian Alonso, Manuel Cucurell
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Proveedores: Hierros S.A., JM Aberturas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Inesita es un edificio de 550m2, compuesto por 6 viviendas, implantado sobre un lote de 800m2, ubicado en un barrio residencial de la ciudad de Villa Allende, Córdoba, Argentina.
La ciudad ha venido sufriendo un proceso de densificación que ha preocupado a un sector de la población que ve en este desarrollo una amenaza al carácter residencial de viviendas unifamiliares de algunos barrios y en consecuencia un cambio de la manera en que se percibía y vivía años atrás. haciendo peligrar su espíritu identitario de ciudad pueblo.
A este fenómeno se suma una falta de planificación urbana que dé cuenta de la necesidad de espacios y equipamiento urbano, esto a nuestro entender ha contribuido a la pérdida del carácter de pueblo no dando lugar al encuentro entre sus vecinos y reduciendo lo público a calles y veredas, estas últimas inexistentes en muchos casos.
En base a esto entendimos que la intervención debía comenzar resolviendo por un lado el impacto que pudiera generar una mayor densificación en la zona y por otro proponer soluciones con respecto a la falta de espacios y equipamiento urbano.
En consecuencia, con este análisis, se concede el retiro de frente reglamentario al espacio público generando una ampliación de vereda equipada con un banco a lo largo de la fachada, proponiendo de esta manera una conexión entre el espacio público y el privado para que funcione como un “ralentizador urbano” que propicie el encuentro.
En cuanto al tratamiento de la relación con el entorno construido trabajamos con una secuencia de muros basales que funcionan como velos que ocultan al observador la naturaleza del objeto. Este artilugio permite un efecto ilusorio que exige al experimentador el uso de la cuarta dimensión (el tiempo) para recorrerlo y develar el misterio de su naturaleza. Sobre este basamento de ladrillo de 2,50m de alto que ocupa el largo total edificable del terreno, se materializa la planta alta revocada y pintada en blanco que remata en una piel permeable constituyendo la fachada de este segundo nivel, permitiendo a la luz solar iluminarla desde atrás poniendo en evidencia hacia la calle la presencia del vacío, el cual se contiene con muros altos dándole a este espacio una atmosfera que se emancipa de su entorno inmediato convirtiendo a esta terraza en un lugar de encuentro para sus habitantes.
El esquema funcional es simple y claro. El edificio utiliza el retiro lateral izquierdo para generar la circulación peatonal que permite el ingreso a la planta baja de cada unidad funcional y se abre al este por completo donde se ubica la tira de patios. Los vehículos ingresan del lado opuesto al peatonal y se estacionan debajo de la expansión de uso común.
En este sentido nos pareció interesante trabajar con pieles que funcionan como velos. De esta manera la naturaleza del edificio queda oculta al observador que necesitara de la cuarta dimensión (el tiempo) para atravesar sus muros y descubrirlo.
Este artilugio visual da cuenta de que la arquitectura puede trabajar a diferentes nivel de percepción y que el tratamiento de la mirada es fundamental a la hora de hacer arquitectura y que muchas veces es necesario no mostrar. La ciudad de Villa Allende al carecer de un planeamiento integral carece de espacios públicos distribuidos estratégicamente.